Muchas empresas apuestan por los cursos de formación para obtener buenos resultados profesionales y económicos. Pero ¿sabes cómo evaluar una acción formadora para maximizar los beneficios? En esta guía completa te damos todas las respuestas acerca de cómo evaluar un curso de formación.
¿Qué es la evaluación de la formación?
La evaluación de la formación es un método que permite controlar la calidad de una acción formativa y determinar sus resultados, tanto a nivel de aprendizaje como de impacto en las competencias profesionales de los trabajadores.
¿Qué implica la evaluación de la formación?
Las acciones formativas contribuyen a alcanzar objetivos relativos al empleo y a la mejora de las condiciones sociales y económicas de los trabajadores y las empresas. Por ello, la evaluación de la formación implica no sólo mecanismos para medir la satisfacción y el aprendizaje sino también los resultados y efectos, sean directos o indirectos.
¿Cuándo se realiza la evaluación de la formación?
Existen tres momentos bien diferenciados en el tiempo para realizar la evaluación de la formación, cada uno de ellos con objetivos propios y específicos.
El primero es antes de impartir el curso. Tiene como objeto evaluar la pertinencia y calidad de la acción formativa en relación con la demanda o necesidad. El segundo, durante la formación. En este momento la evaluación está orientada a realizar ajustes y mejoras que permitan cumplir los objetivos. Y el tercero, tiempo después de finalizar el curso, cuando la evaluación verifica si se han cumplido las metas propuestas.
¿Quiénes realizan la evaluación de la formación?
Tanto los formadores, profesionales, superiores inmediatos y responsables de área como los mismos participantes, pueden realizar la evaluación de la formación. Según la etapa del proceso de evaluación de la acción formativa será uno u otro quien se encargue de evaluar la acción formativa.
¿Qué instrumentos se utilizan para la evaluación de la formación?
Los instrumentos empleados varían de acuerdo con la etapa del proceso de evaluación. Pueden ir desde encuesta de satisfacción de los participantes o de los docentes hasta test a participantes y cuestionarios de aplicación según profesionales, superiores o responsables de área.
¿Cuáles son las etapas de la evaluación de un curso de formación?
Tal y como planteamos anteriormente, la evaluación de la formación incluye tanto la satisfacción y el aprendizaje, como los resultados y efectos de la acción. En base a esta premisa, hablamos de cinco etapas del proceso de evaluación:
➡ Evaluación de satisfacción
En esta primera etapa de la evaluación de la formación se valora la planificación, el proceso y los recursos utilizados desde la perspectiva del participante. Para ello, se indaga en la reacción de estos en cuanto a la relevancia y competencia de los contenidos, el rol del docente, la organización, el método y el cumplimiento de las metas.
Para obtener esta clase de información pueden utilizarse cuestionarios para que respondan los participantes al finalizar el curso. Aunque, también son útiles las técnicas de trabajo en grupo y las entrevistas en profundidad.
Durante el cierre del curso, es el momento más adecuado para llevar a cabo la evaluación de satisfacción. Aunque también es recomendable hacerla tanto al comienzo como a la finalización de la acción para evaluar el camino recorrido.
➡ Evaluación de aprendizaje
En la etapa de aprendizaje se evalúan los primeros resultados de la acción formativa que, en la mayoría de los casos, representan los objetivos principales del curso. Es fundamental que en esta instancia el participante haya adquirido saberes. De modo contrario, no podremos continuar con el proceso de evaluación.
Test, observación de desempeño, portfolio de evidencias u otras modalidades acordes al tipo de competencia a evaluar, entre otras, son algunos de los instrumentos de evaluación válidos para esta etapa.
Para que los resultados de la evaluación de aprendizaje sean óptimos es necesario desarrollarla de modo continuo durante el período que dure la acción.
➡ Evaluación de transferencia
En esta instancia damos un paso más en el aprendizaje para avanzar sobre los efectos de la acción formativa. La meta es observar los cambios en las competencias de los trabajadores y comenzar a evaluar hasta qué punto están siendo aplicadas en sus entornos profesionales.
Puede ser que el curso se realice correctamente, sin ningún tipo de inconveniente y que aun así, las personas no pongan en práctica los nuevos saberes. Ante esta posibilidad, es importante en esta etapa constatar la transferencia al ámbito laboral y los factores que la motivaron.
Generalmente, se utilizan cuestionarios o consultas a los participantes y a quienes los supervisan de forma directa para acceder a este tipo de información.
La evaluación de transferencia se lleva a cabo de un mes a tres meses después de finalizar la acción formativa, mediante la solicitud de cumplimiento del cuestionario de transferencia, en el momento de entrega del certificado o diploma.
➡ Impacto en la práctica
Esta etapa de la evaluación de la formación es fundamental para traducir los resultados de la acción en impactos. La búsqueda está centrada en determinar el impacto del cambio positivo mantenido en el tiempo, en la práctica del trabajador respecto a la mejora de los resultados, la capacidad de asumir nuevas tareas o ganar autonomía y motivación.
La clave para llegar a esta información es definir indicadores confiables, medibles, sencillos y válidos. Sin embargo, también es necesario investigar los impactos cualitativos que generó la formación a través de estudios de casos o análisis contextuales.
Dada la importancia de evaluar el impacto de la acción formativa en la práctica, es importante realizarla de tres a seis meses después de concluir la acción.
➡ Impacto en resultados de la empresa
Durante la última etapa del proceso de evaluación de un curso de formación, el objetivo está puesto en asignar valores económicos a los impactos para calcular la rentabilidad de la inversión que se realizó para llevar adelante la acción formativa. Básicamente, compara los costes de la inversión realizada con los beneficios obtenidos, en términos monetarios.
Para llegar a estos datos la fórmula es sencilla: se vinculan los resultados con los costes y de ahí se obtiene la rentabilidad. Una alternativa es considerar los gastos de hacer efectiva la formación, pero también es una opción válida observar los costes de no hacerla.
El momento indicado para evaluar el impacto del curso de formación en los resultados de la empresa es a partir de los seis meses después de la finalización de la acción.
Si ya hiciste tu apuesta por una acción formativa, ahora maximiza los beneficios poniendo en práctica esta guía completa sobre cómo evaluar un curso de formación. No olvides dejar tu comentario sobre los resultados alcanzados.